La increíble acogida que tuvo mi reel sobre la « pata doblada » de vuestro perro me ha reafirmado algo fundamental; estamos listos para dejar de normalizar lo que, a nivel biomecánico, no es normal.
Vuestra respuesta, los nuevos seguidores y los comentarios son la prueba de que desarrollar este tema es necesario.
Como especialista en fisioterapia, biomecánica y educación canina, mi intención, y responsabilidad, es crear conciencia sobre la increíble prevalencia de alteraciones posturales en los perros y las consecuencias que tienen a nivel físico y emocional.


La falsa normalidad y el propósito de la postura
El escepticismo es bienvenido, pero debe basarse en el conocimiento, no en la costumbre. Que veamos un gesto a menudo (que sea habitual) no lo convierte en la norma de una biomecánica óptima.
La postura es la alineación coordinada y dinámica de los segmentos corporales. En cualquier especie, la postura ideal busca el equilibrio con el menor gasto energético. Cuando el cuerpo se desvía de la simetría y la alineación óptima, no lo hace « por capricho »; lo hace por una razón fundamental; compensar dolor, debilidad, restricción o una alteración del equilibrio.
Mi observación clínica es clara y simple, esa pata delantera flexionada, cuando el perro está tumbado lateralizado, es un gesto que busca alivio y estabilidad, por lo que le hace sentirse cómodo, y la repite. Pero, ¿qué está aliviando? Aquí es donde la biomecánica (y la evidencia científica) nos dan la base para entenderlo:
- El problema raíz, causa probable: en muchos casos, la fuente del problema está en el tren trasero (lumbopélvico). Patologías como la displasia de cadera o cualquier debilidad o dolor en la pelvis provocan que el perro desplace su centro de masa cranialmente (hacia adelante). Esto quiere decir que, al no sentirse estable atrás, el perro empieza a cargar más peso sobre sus patas delanteras.
- La compensación: este desplazamiento de la carga significa que los músculos del tren delantero, especialmente los del hombro y la musculatura suspensora del tronco (el conjunto de músculos entre las escápulas), tienen que trabajar de forma excesiva para estabilizar el cuerpo. Pasan de ser soportes a ser motores de estabilidad constantes, volviéndose hiperactivos o sobrecargados. En la práctica, lo vemos como una tensión crónica en los hombros, el cuello y la base del cuello que el perro nunca consigue relajar del todo, incluso cuando está quieto.
- El gesto de la pata doblada, la solución: el perro, al tumbarse con la columna y la pelvis rotadas, necesita un punto de anclaje para relajar la tensión acumulada en el hombro, la escápula y la musculatura cervical. Doblar la pata y usarla como « calzo » le proporciona ese apoyo extra para liberar momentáneamente la tensión de la cadena anterior, y mantenerse estable. Esto se puede observar como una necesidad de encontrar un apoyo extra, usando la pata flexionada como un « mini-cojín » o « palanca » para conseguir esa sensación de descanso en los hombros, que no encuentran en una postura totalmente extendida. Busca comodidad porque está gestionando una incomodidad de fondo.
¿Y la evidencia científica?
Si bien no hay un estudio publicado que cuantifique el « gesto de la pata doblada » como marcador diagnóstico, la evidencia publicada respalda la lógica biomecánica de esta compensación. El estudio de revisión de Michael et al., 2024 detalla cómo la debilidad pélvica provoca un desplazamiento de carga hacia craneal (hacia delante) y la consecuente sobreactividad en la musculatura suspensora del tronco.
Esta es la base para entender que la tensión crónica que se observa y que el perro intenta aliviar con ese gesto es compatible con la evidencia que describe el traslado de la carga desde el área de la cadera al área torácica.
Distinguir entre hábito y compensación
Es fundamental que aprendamos a diferenciar un simple hábito postural de una compensación física con relevancia clínica. No todo perro que flexiona la pata tiene un problema grave, pero debemos darle importancia si el gesto es asimétrico. ¿Siempre dobla la misma pata delantera, o lo hace de manera muy diferente entre la izquierda y la derecha?.
O si es crónico y evidente. Lo hace cada vez que se tumba lateralizado, o lo usa como la única forma visible de relajación.
Además, aunque el problema primario puede originarse en el tren trasero, el gesto también podría ser una respuesta a una restricción primaria en la escápula o el codo. Sin embargo, la interconexión a través de la fascia y los músculos estabilizadores axiales (entre la pelvis y el tórax) garantiza que, tarde o temprano, la tensión se distribuya y afecte a toda la columna. Las compensaciones no son eventos aislados; son cadenas lesionales.
Por qué importan las asimetrías
No se trata de corregir una postura de descanso, sino de entender el porqué. Las posturas de compensación, mantenidas en el tiempo, tienen consecuencias serias y acumulativas.
El desequilibrio muscular y fascial crean un patrón de músculos crónicamente tensos/cortos y el tejido conjuntivo (la fascia) se adapta y se densifica, lo que a largo plazo restringe el movimiento articular. Esto se traduce en que el perro, con el tiempo, tiene menos flexibilidad, le cuesta más estirarse y puede tener dificultad para girarse o levantarse.
Se produce desgaste articular. La activación muscular desigual provoca un desgaste articular prematuro. Esto quiere decir que las articulaciones no trabajan de manera uniforme, lo que acelera el deterioro y la aparición de artrosis.
Llevo años analizando la postura y el movimiento, viendo cómo esta incomodidad física se traduce en malestar emocional y problemas en la convivencia. Nuestra misión es restaurar el movimiento « normal » o alineado. No podemos quedarnos cómodos en la normalización de las compensaciones.
Mi propósito es este, que miremos a nuestros perros con ojos informados, que busquemos la explicación a lo que se sale de la simetría, y que no movamos la barrera de lo « normal » solo porque nos es más cómodo ignorar un problema latente.
¿Y qué se puede hacer?
Si identificas este patrón en tu perro de forma habitual o asimétrica, es una señal de que el cuerpo está gestionando un desequilibrio. No es una emergencia, pero sí una llamada de atención.
Te recomiendo encarecidamente que consultes a tu veterinario y/o a un fisioterapeuta o terapeuta manual canino certificado. Para que valore la conveniencia de una evaluación postural y funcional, y valorar las posibles causas raíz de esa tensión que tu perro está intentando aliviar.
Compártelo si crees que es importante crear conciencia sobre la falsa normalidad en la movilidad canina.
Y SÍGUEME, si quieres saber más de postura y movimiento, para que juntos mejoremos la calidad de vida de nuestros compañeros.


