Enriquecimiento ambiental para la libertad

Enriquecer el mundo de nuestros perros con opciones de estimulación mental y física, tiene muchos efectos positivos. Entre ellos, ayuda a reducir el estrés, y por tanto, mejora su calidad de vida.
El enriquecimiento ambiental implica ofrecer opciones para que el perro pueda desarrollar conductas naturales, y que pueda ejercer mayor control sobre el entorno, con ejercicio físico, estimulación mental y contacto social regular.

Curiosamente, uno de los mayores estresores que se han detectado en animales confinados en los refugios de animales, y que aparece señalado en algunas de las guías sobre estándares de cuidados, es la falta de control sobre su entorno. Una exposición continua por el confinamiento, se manifiesta en altos niveles de ansiedad, y se refleja en problemas de comportamiento como morder, estereotipias, auto mutilaciones, excesivo ladrido, y otros.

Para incrementar el control sobre el entorno del perro, ayuda aplicar medidas como disponer de lugares donde refugiarse, oportunidades de ejercicio, de estimulación mental y compañía.

Estimulación física del perro

Libertad y enriquecimiento ambiental

Los perros domésticos tienen otra realidad, aunque en muchos casos coinciden las pocas opciones y control, sobre incluso, las necesidades más básicas. El reconocido etólogo Mark Bekoff los ha denominado “cautivos”, y no podemos quitarle razón.

Para garantizar el bienestar animal, se habla con respecto al bienestar animal de que el entorno debe asegurar 5 libertades (de Farm Animal Welfare Council, y que se recoge en el libro “la ciencia detrás de un perro feliz”), que se traducen en que el perro debe estar:

  • Libre de hambre y sed. Por tanto se le debe proveer de una dieta que le permita mantenerse sano, y acceso a agua fresca y limpia.
  • Libre de incomodidad. Por lo que se le debe facilitar un entorno en el que se pueda cobijar, pueda descansar y se sienta cómodo.
  • Libre de dolor, daño y enfermedad. Así que hay que ofrecer prevención, y cuando sea necesario diagnóstico y tratamiento.
  • Libre para poder expresar un comportamiento normal. Dándole suficiente espacio, facilidades y compañía, también de congéneres.
  • Libre de miedo y angustia. Tomando las medidas necesarias para evitar sufrimiento mental y emocional.

Este amplio marco que queda en gran medida a la interpretación de cada uno, podemos trasladarlo al ámbito doméstico, y nos permite vincularlo con las necesidades del perro. Uno de los enfoques más populares es el de Linda Michaels, y su jerarquía de necesidades del perro. Que bajo mi punto de vista también queda simplificado y queda demasiado amplio para dar cabida a subjetividades. Sin embargo, sirve de referencia para, junto con estudios y otras experiencias, establecer la importancia de un entorno para nuestros perros estimulante, por su bienestar y el de todos.

A estas 5 libertades, añade Mark Bekoff otras tantas específicas para el perro;

  • Libertad para ser ellos mismos
  • Libertad para expresar un comportamiento normal
  • Libertad para ejercer la elección y el control
  • Libertad para jugar y divertirse
  • Libertad para tener privacidad y zonas seguras

¿Cómo podemos enriquecer el ambiente de nuestros perros?

Podríamos pensar que con una cesta de juguetes estamos dando estimulación física y mental, sin embargo, las opciones más interesantes y motivadoras, son otras, y en la mayoría de ocasiones no cuestan dinero.

Juego

Permite desarrollar conductas naturales, también los sentidos y el aparato locomotor. Practicar la comunicación, aprender de otros congéneres, y anticipar a través de señales que el encuentro va a ser pacifico. La posición conocida como playbow es una invitación que podemos observar muy frecuentemente, pero no la única.

Algunos autores señalan que el juego es importante desde edades tempranas (Spinka), y permite alterar los ratios la agresividad en etapas posteriores. Y la experiencia en el juego también da herramientas para poder gestionar encuentros de carácter agresivo. El juego se considera indicativo de bienestar y fomentan la felicidad en el perro (Donaldson, 2002).

El juego no Se limita a otros perros, con nosotros tiene una forma diferente, y es también importante para el perro, también supone un aprendizaje con otras formas de comunicar y comportarse, y además contribuye a fortalecer el vínculo, y según se ha demostrado, mejorar el comportamiento.

Ejercicio físico

Necesario y adaptado a cada necesidad y etapa de la vida, pero también a cada perro y sus preferencias. Definir qué es lo que le gusta a nuestro perro e intentar ofrecérselo, es garantía de bienestar en este apartado tan importante. Errores comunes son pensar que a todos los perros les gustan los parques de perros, o correr varios kilómetros a nuestro lado o detrás de una bici. O pensar que porque disponen de jardín, tienen cumplidas las necesidades de salir. A veces muy a menudo no equivale a mayor bienestar, ni tampoco paseos demasiado largos.

Entrenamiento

Más conocido como “adiestramiento”. Visto como una forma de ejercicio mental, y realizado de forma divertida (con conocimientos) y a modo de juego, es una buena opción en algunas ocasiones para algunos perros a los que les gustan este tipo de ejercicios, o que requieren un estímulo mental por su condición. Ofrece opciones de nuevos aprendizajes y desarrollo neuronal, interacciones positivas y favorece el vínculo.

Otros perros, más sociables, pueden disfrutar también las clases grupales. En todos los casos hay que observar bien al perro para asegurarnos que realmente es una actividad que le gusta, le motiva, y enriquece.

Olfateo

Tanto de manera más estructurada en forma de ejercicios programados de seguimiento de rastro. Como menos planificados como juegos de olfateo, es una opción muy estimulante y enriquecedora para el perro. De nuevo, quizás no para todos, pero una gran mayoría de los perros disfrutan realizando búsquedas de premios.

Las posibilidades utilizando el propio hogar, utensilios caseros o las inmediaciones son muy amplias y dan gran variedad de opciones. Estas actividades se relacionan según autores como Panksepp en unos circuitos emocionales que motivan hacia la búsqueda de premios y de aproximarse a nuevos objetos.

Otras formas de enriquecimiento ambiental

Una forma adicional de enriquecimiento ambiental incluye ofrecer al perro juguetes y otros objetos, sonidos, música, texturas, temperaturas, feromonas. En definitiva, cualquier nueva experiencia para los sentidos. Y nuevamente, siempre siendo cuidadoso con las preferencias del perro y su estado físico y mental.

Aunque hay otras actividades que algunos autores nombran en el capítulo de enriquecimiento ambiental, y siendo consciente de su existencia, prefiero no mencionarlas por no compartir la opinión, y tener reservas sobre si se ajustan bajo el criterio de mejora del bienestar del perro.

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