¿Conocemos de verdad las necesidades de los perros?


La paradoja de las necesidades de los perros es que somos nosotros los que las establecemos y somos nosotros quienes adaptamos la interpretación que, en muchas ocasiones, más se ajusta a nuestras propias necesidades.
Con todo y así, es importante destacar la labor de los profesionales del mundo de la educación y salud animal, y el esfuerzo que en los últimos años se hace no solo para reconocer que los perros tienen unas necesidades que deben ser garantizadas, sino también definirlas y dar información que pueda ayudar a los cuidadores a entenderlas y respetarlas.

Una base para las necesidades de los perros


Una definición de estas necesidades que se ha popularizado y extendido es la de Linda Michaels, que toma como base la conocida pirámide de necesidades de Maslow y la adapta a la realidad de los perros para la aplicación en la planificación del training y educación canina profesional. Así, las primeras necesidades que se han de cubrir son las biológicas, emocionales y sociales. Aseguradas éstas, se puede avanzar en la jerarquía para incluir métodos de educación libres de fuerza.
Los diferentes pasos que se detallan en esta jerarquía de necesidades son;

  • Biológicos; nutrición adecuada, agua, ejercicio suficiente, aire, sueño y descanso, cobijo, adecuada temperatura, correcto aseo, cuidado veterinario.
  • Emocionales; seguridad, amor, confianza, consistencia, liderazgo benevolente
  • Social; conexión con personas y otros perros, y juego
  • Educación y entrenamiento sin el uso de fuerza, o daño
  • Cognitivas; opciones de elegir, nuevos estímulos, resolución de problemas

Pirámide de necesidades de los perros
http://www.dogpsychologistoncall.com/

¿Los perros necesitan ser entrenados?


Personalmente, tengo cierto conflicto con este último bloque en la pirámide de Linda Michaels, y me cuestiono la lectura que del término “educación, adiestramiento o entrenamiento” (traducido de “training”) se hace o se puede hacer.
La primera cuestión se refiere, como decía al principio, de para quien es una necesidad. Cuando las primeras son evidentes, necesitan agua, comida, etc. Y lo necesitan ellos, el escalón de entrenamiento, parece más una necesidad humana.

Por otro lado, en cuanto a la terminología, me parece aceptable “educación”, donde incluiría aprendizaje, transmisión de normas de convivencia, y aspectos como la comunicación y el lenguaje, sin diferenciar con el último bloque “necesidades cognitivas”. Sin embargo, el entrenamiento o adiestramiento como tal, no creo que pueda incluirse como “necesario”.

Las diferencias metodologías, tendencias y sistemas de educación que conviven en el mundo del perro, y lo mismo sucede con las tendencias en la nutrición canina, o enfoque sobre el bienestar hacen que sea complicado establecer unos criterios únicos, y entrar en el detalle. Sin embargo, es un paso importante tener una base para las necesidades en los perros.

Las necesidades biológicas por encima de todo, ¿o no?


Otra de las cuestiones que me planteo con este modelo, que en su base coincide con la archiconocida pirámide de Maslow, es si las necesidades biológicas están en primer lugar. Según esto, solo una vez cubiertas, se podría avanzar a las siguientes, que serían las emocionales.
En la práctica podemos observar como, por ejemplo, siendo el alimento una de las necesidades biológicas, es habitual ver animales tremendamente estresados que no comerán, probablemente fruto de una respuesta del sistema simpático que bloquea los sistemas que no son necesarios para ponerse a salvo, en este caso el digestivo. Porque se encuentran en modo de supervivencia.

Algunos autores desde el ámbito de la psicología, como Roberto Aguado para el Instituto de psicología del tiempo limitado, afirman que es la seguridad la base o estado más importante, y que desde esta posición se puede gestionar de una manera más saludable el resto de emociones. Podríamos entender que, desde esta perspectiva, en la base de cualquier necesidad debería estar la seguridad.

El sentimiento de seguridad se expresa en el cuerpo, en las pirámides de las necesidades este nivel de seguridad es mental “sentirse seguro”, y con respecto al entorno. Pero hay un nivel fisiológico de la seguridad, relacionado con el sistema nervioso autónomo.
Y sabemos que un sistema desregulado y que se queda de forma crónico atrapado en un círculo de inseguridad y amenaza, que está directamente relacionado con la supervivencia, pierde el equilibrio. Y se manifiesta internamente en disfunciones del resto de sistemas, problemas de salud y externamente a través de la conducta.

Por eso, creo que cuando incorporamos en el hogar un nuevo perro, o detectamos conductas de ansiedad y estrés, que pueden ser expresiones de reactividad, agresividad, miedo, destrucciones, ladridos al quedarse solo (otra forma de miedo), es importante entender la fisiología detrás, y cómo si no aseguramos cuanto antes esa base, será difícil construir sobre las otras, y avanzar hacia otros escalones de necesidades.
La teoría ERG de Clayton Alderfer, de hecho, unifica en uno los dos primeros escalones de Maslow. Y el propio Maslow matizó que algunos individuos no se ajustan a la estructura de la pirámide y que los distintos escalones pueden invertirse o variar. Supongo que esto puede aplicarse a momentos concretos y que al final, no hay un único modelo, sino que es relativo, individual y cambiante.

¿Cómo podemos saber si las necesidades de los perros están cubiertas?


Partiendo de ésta, u otra base. Lo cierto es que tan solo detalla o lista unos mínimos, que no son suficientes y que en muchos casos se quedan lejos de garantizar el bienestar canino.
En mi opinión tanto profesionales como público general, estamos a nivel general muy lejos de comprender la totalidad del contexto de estas necesidades. En el día a día de los cuidadores falta mucha información y formación, además de otros aspectos como respeto y empatía.

Sin olvidar el contexto, replicando las palabras de Marc Bekoff “Dog companions are captive animals, in that they are almost completely dependent on humans to provide for their physical, emotional, and social needs (Unleashing your dog)”. Esta dependencia es la que deja el marco de las necesidades de los perros, sin un completo significado. Porque finalmente, los perros no pueden reivindicarlas, ni matizar la forma en que quieren que se garanticen.

En el momento de adquirir un perro, son muy pocos los propietarios que se informan sobre las necesidades que su perro tiene, como especie y como individuo, porque aspectos como la raza o la etapa de la vida en que se encuentra, condiciones físicas, etc, son importantes a la hora de determinar los cuidados y establecer las necesidades de forma general, pero también específica.

La forma en que se interpretan es el otro aspecto que me parece relevante. Y para ello no solo es importante reconocer las necesidades de los perros, sino ir un paso más allá y reconocer que es importante un mayor conocimiento para poder entender a nuestros perros. Aspectos como el lenguaje de los perros es algo que todos los cuidadores o responsables de estos animales deberíamos saber.

Entender lo que nuestros perros intentan comunicar, saber comunicarles igualmente lo que esperamos en un momento determinado o contexto, y adaptarnos a sus ritmos. De nada sirve entender y ser conscientes de que los perros necesitan descanso si después no somos capaces de reconocer que nuestro perro necesita más o menos, y un lugar cerca de nosotros. Lo mismo sucede con necesidades tan básicas como la comida. No se trata de garantizar el alimento, sino de proporcionar un alimento biológicamente apropiado para su especie y que garantice los nutrientes que su organismo necesita para funcionar a pleno rendimiento. O cuando determinamos el agua como una necesidad biológica, que lo es, pero no solo debe ser fresca y el bebedero estar limpio, también la calidad del agua debe ser óptima y libre de toxinas.

Soy consciente de que especificar en detalle sería entrar en muchos casos en polémica, para la que quizás el público general no está preparado, todavía.

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