Alimentar para el equilibrio emocional

En los últimos años, hay mayor conciencia del papel que desempeñan las bacterias intestinales para mantener un cuerpo sano.
No solo el cuerpo está en juego. También es sabida, y muy investigada, la relación estrecha entre la microbiota y el cerebro. Y como un desequilibrio en la primera, puede afectar a la salud mental, los estados de ánimo y el comportamiento en general.

Muchos estudios publicados en los últimos diez años apuntan a esta relación. Y son cada vez más las investigaciones en las que se incluyen alimentos que puedan ser efectivos en el restablecimiento de un microbioma dañado. Y en la recuperación de enfermedades relacionadas con la salud mental, como la depresión, ansiedad y otras degenerativas como el Alzheimer. Buscando su equivalente en nuestros perros, el síndrome de disfunción cognitiva canina.

¿Qué relación tiene el intestino con el estrés?

Ya no hay duda de la importancia de la microbiota, que son bacterias que se encuentran en la piel, oídos, boca y en el sistema digestivo, mayoritariamente en el intestino. Y cómo de su salud, depende la de nuestro perro y la nuestra, dicho sea de paso. Porque es en el intestino donde se localiza una gran parte del sistema inmunitario.


En este sistema bacteriano coexisten bacterias beneficiosas, que contribuyen a multitud de procesos vitales, como la fabricación y absorción de nutrientes, regulación del sistema inmunitario, mantener el revestimiento intestinal produciendo ácidos grasos y neurotransmisores, que son enviados a través del nervio vago al cerebro. Y también se encuentran en el intestino bacterias patógenas, levaduras, hongos y virus.

Cuando el organismo se enfrenta a agentes tóxicos, bien externos o internos, las bacterias “buenas” (probióticos) envían mensajes al sistema inmunitario, que pone una serie de mecanismos en marcha para eliminar la toxicidad producida, incluso procedente de procesos metabólicos naturales. El objetivo es devolver al cuerpo al equilibrio. Esto sucede cada día, en cada momento, sin causar enfermedad. Es parte del funcionamiento vital.

Sin embargo, hay situaciones que causan destrucción de esas bacterias beneficiosas, y se producen disfunciones en los procesos de los que son encargadas.

Cuando esto sucede, las bacterias y otros agentes patógenos, tienen una oportunidad de proliferar y causar desequilibrio, y con ello, enfermedad.

Además, uno de los problemas a los que más importancia se da es la disbiosis. Se trata de la permeabilidad del intestino, causada por esta disfunción de las bacterias probióticas, que no son capaces de proteger la pared del intestino. Esta pared mantiene una permeabilidad que permite que solo pasen al torrente sanguíneo los nutrientes digeridos y que son necesarios para las funciones vitales.

Sin embargo, una disminución de bacterias hace que la pared quede desprotegida y esa permeabilidad se incremente, permitiendo que bacterias, virus, hongos, otras toxinas y alimentos sin digerir pasen al torrente sanguíneo e incluso al nervio vago, a través de las paredes del intestino.

Esto provoca toxicidad en la sangre, y afecta de forma multiorgánica al resto del cuerpo, causando estrés interno. El cuerpo detecta estas señales de estrés, y envía respuestas inflamatorias activando el sistema inmunológico.

Cuando el desequilibrio en el intestino se mantiene en el tiempo, la respuesta al estrés se vuelve crónica, y se manifiesta la enfermedad. Muchas de estas enfermedades relacionadas con un microbioma dañado son; alergias y enfermedades cutáneas, autoinmunes, problemas articulares y artritis, enfermedades cardiovasculares, de tiroides, del sistema nervioso, cáncer y problemas hormonales.

También la conexión a través del sistema nervioso se ve comprometida, y el cerebro empieza a recibir una mala comunicación por un defecto en la producción de neurotransmisores. Esto se traduce en insomnio, confusión, pérdida de memoria y otros problemas relacionados con la ansiedad o depresión. Y otras expresiones habituales en el comportamiento canino como reactividad, miedo, fobias, agresividad, ansiedad por separación.

Esto no quiere decir que todos estos comportamientos tengan la causa en una disfunción fisiológica, pero es un factor a considerar cuando tenemos perros que presentan estas conductas.

¿Qué puede dañar el funcionamiento de la microbiota?

Disponer de esta información para poder atacar la causa de posibles problemas, es fundamental.
Las bacterias de la microbiota se ven afectadas y reducidas por diversos factores; antibióticos, y otros medicamentos, vacunas, productos químicos contra parásitos, estrés crónico ambiental, y además, la dieta. Especialmente dañinos son los alimentos procesados, los que incluyen aditivos, o han sido genéticamente modificados, o los que tienen como base los cereales.

¿Qué puedes hacer para mejorar la salud intestinal de tu perro?


Como hemos visto, hay varios factores que pueden influir en la relación entre el intestino y el cerebro, además, de forma bidireccional. Por lo tanto, salvo que sepamos con certeza el origen del estrés o ansiedad en nuestro perro, lo mejor es intervenir sobre los posibles causantes.


El estado físico y mental se va a expresar a través de las emociones. Que, de modo simplificado, son los procesos de comunicación que trasladan a través del comportamiento, el estado del perro. Eso es lo que vamos a ver, cambios o problemas en su comportamiento.
Es habitual dirigir los esfuerzos a resolver el síntoma, lo que vemos. Cuando en realidad, no es una solución definitiva ni efectiva. Y quizás tampoco la más sencilla o rápida.


Uno de los principales factores en los que podemos incidir fácilmente, es la dieta. Muchos educadores y especialistas en el comportamiento canino establecen la revisión de la alimentación como punto número uno de su plan de intervención e incorporan probióticos y prebióticos de forma sistemática.
Sabemos que una dieta inapropiada puede ser la causa directa de problemas en la microbiota intestinal, esto provoca desequilibrio bacteriano, con varios procesos dañinos para el organismo relacionados directamente.

Restaurando la flora intestinal, permitimos a las buenas bacterias producir los neurotransmisores de forma adecuada, lo que impacta en la salud mental. También conseguimos equilibrar el sistema y reducir la inflamación, que sabemos está relacionada con el estrés, y muchas enfermedades crónicas y disfunciones.

Incluye alimentos ricos en probióticos y prebióticos en la dieta de tu perro

Agregar probióticos y alimentos ricos en prebióticos a su dieta también ayuda a mantener un intestino sano, y a equilibrar la flora bacteriana intestinal. Los alimentos probióticos pueden ayudar a agregar diversidad de bacterias en el intestino.

Estas bacterias participan de manera activa en la creación de hormonas tan importantes en la salud cerebral como la serotonina. Que se relaciona con enfermedades como el estrés crónico o la ansiedad.
Por su parte, los prebióticos, presentes en fibras vegetales, van a alimentar a esas bacterias beneficiosas para el intestino, con lo que fomentan la proliferación.

Al mismo tiempo, estas bacterias mantienen a raya a las patógenas que también se encuentran en el intestino, de manera que el propio cuerpo frena su crecimiento y las oportunidades de que sus productos tóxicos atraviesen las paredes intestinales, lo que causa alerta en el sistema inmunológico, e inflamación.

¿Qué probióticos puedes añadir en la alimentación de tu perro?

Los alimentos que se han sometido a un proceso de fermentación, como el yogur, el kéfir, el kimchi, la kombucha y el tempeh, son ricos en lactobacilos y bifidobacterias. Algunas de las bacterias intestinales que benefician a la salud.
El kéfir es un producto lácteo parecido al yogur líquido, fermentado a través de la acción de un conjunto de levaduras y bacterias.
Recientes investigaciones procedentes de una universidad veterinaria en Corea, han concluido que el kéfir en perros restaura la microbiota intestinal. Estos estudios se realizaron administrando kéfir diariamente a los perros y analizando marcadores inflamatorios en sus organismos. Después de dos semanas, estos marcadores indicaron que la inflamación se había reducido y la flora intestinal reestablecido.

¿Qué prebióticos son beneficiosos para los perros?

Tal y como sucede con los probióticos, los prebióticos en forma de fibra, pueden alterar la microbiota intestinal. Esta fibra sirve de “alimento” para las buenas bacterias del intestino, contribuyendo a su crecimiento. Además, estos alimentos favorecen la absorción de minerales y participan en la síntesis de algunas vitaminas.


Los alimentos que incluyen fibra, como sabemos, son principalmente los vegetales y frutas. Algunos que podemos añadir a la dieta son el ajo, si los perros pueden comer ajo, raíz de achicoria, puerros, espárragos, alcachofas, pepinillos (fermentados, pero no en vinagre). Frutas como el plátano, la manzana, la piña o la papaya, son ricos en prebióticos, y podemos dárselos a los perros.

Cuando elijas vegetales y frutas para incluir en la dieta saludable para tu perro, recuerda que estén triturados, esta pre digestión ayuda a que las bacterias pueden utilizarlos. De otro modo, se expulsarían sin digerir.

Los hongos también son una opción de prebióticos que tienen otras propiedades beneficiosas. Los más habituales que se utilizan son “reishi, lion’s mane, chaga, shiitake, maitake, turkey tail, cordyceps”. Puedes leer más sobre esta interesante opción AQUÍ.

Una apuesta segura es incluir el máximo de colores posible, variar y rotar. Y siempre que se pueda, elegir las versiones orgánicas. Para evitar en lo posible productos químicos y otras toxinas.
La cantidad de fibra diaria que podemos incluir en la dieta del perro no debería superar el 20% en peso del total consumido, ya que una alta cantidad puede causar un efecto contrario al deseado. Esto dependerá de cada animal, podemos observar las deposiciones y reajustarlo.

Qué alimentos es mejor evitar

Lo ideal es reducir en la dieta del perro, y en la medida de lo posible los alimentos procesados. Sabemos que este tipo de alimento producen inflamación, en el caso de los perros, incluyen un alto contenido de carbohidratos, que sirven de alimento para las bacterias patógenas del intestino, contribuyendo a su proliferación, y a desequilibrios intestinales, que es justo lo que intentamos evitar.


Por eso, algo que puedes hacer por el bienestar y la salud de tu perro, es elegir una dieta natural, con alimentos frescos. Hay varios motivos por los que los cuidadores eligen una dieta procesada, quizás te interese informarte sobre los mitos y realidades.

Si estás alimentando a tu perro con comida procesada, aún así puedes elegir una de las marcas con procesos de fabricación más respetuosos, y que mantienen el valor de los nutrientes. Y también puedes, siempre, complementar la dieta añadiendo al bowl alimentos frescos y naturales. Los vegetales son una más que recomendable opción, ya que complementan la dieta con minerales y vitaminas, y aportan fibra. Algunos de los recomendados de hoja verde son espinacas o brócoli, coles de Bruselas, también pimientos, zanahoria, remolacha, calabaza.

Hay recientes estudios que han demostrado que solo añadiendo un 20% de alimentos frescos a la comida procesada, mejora la salud del perro.

Incluir Hierbas medicinales

Aunque lo importante ante el estrés y la ansiedad es trabajar sobre el origen, es cierto que todos los apoyos y puntos sobre los que podamos incidir van a ayudar. Las hierbas medicinales son una opción interesante.
Algunas de las hierbas adaptógenas son utilizadas en veterinaria por sus efectos calmantes y relajantes. De entre muchas opciones, se pueden recomendar las siguientes;

  • Lavanda. Se ha utilizado por siglos en situaciones de agotamiento nervioso e insomnio. Y tiene un poder documentado científicamente sobre la ansiedad similar al de algunos medicamentos. Esta hierba contiene un compuesto que favorece la activación GABA en el cerebro, que propicia la calma.
  • Camomila. Es recomendable para todo tipo de ansiedad, inquietud o fobias. Y especialmente la que se relaciona con procesos digestivos e irritación de intestino, inapetencia, gastritis o diarrea.
  • Valeriana. Se asocia con la relajación y el sueño. En pequeñas dosis, la raíz de valeriana funciona bien para la ansiedad.
  • Melisa. Se reconocen sus efectos calmantes en cuadros de ansiedad y depresión, como otras, también mejora el sueño. Se recomienda no combinarla con valeriana.
  • Pasiflora. Recomendada en situaciones de irritabilidad y tensión. Tiene efectos sedativos y calmantes, y se utiliza para ansiedad e insomnio.
  • Hierba gatera (nepeta cataria, o en inglés, catnip). De la familia de la menta, ya la utilizaban en el imperio romano para tratar problemas de intestino y ansiedad.

Otra hierba recomendable por estimular la población de flora intestinal y apoyar la función del hígado es el diente de león. Está contraindicado si hay enfermedad biliar u obstrucción intestinal.
La variedad de hierbas que se utilizan y son aptas para tratar la ansiedad en animales, es muy grande. Y merece un artículo completo.

Conoce las hierbas medicinales recomendadas para perros

Incluir ácidos grasos

Los ácidos grasos omega 3 contribuyen a reducir la inflamación y a regular el sistema inmunológico, por lo que son un aliado en el restablecimiento y mantenimiento de la buena salud de la microbiota.
Aunque a veces se considera que añadir aceite de pescado a la dieta es la mejor opción, hay otras más sanas y sostenibles que vale la pena considerar. La mejor propuesta es añadir pescado entero a la dieta.

Alternativas son los aceites de labios de mejillón verde, de semilla de cáñamo o de “ahiflower”.
Otros alimentos ricos en omega 3 y que se pueden añadir a la dieta de los perros son las semillas, de chía, girasol o calabaza.

Lectura recomendada: “Cómo equilibrar las grasas en la dieta de tu perro

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